Dependencias tecnológicas y neocolonialismos

06.12.2024

El pasado 5 de diciembre, en el espacio de los Jueves Culturales del Centro Suárez, se llevó a cabo la segunda conferencia del ciclo "Informados y conectados", bajo el título: "Dependencias tecnológicas y neocolonialismos". El conferenciante invitado fue el jesuita Álvaro Lobo Arranz, Delegado del sector de pastoral juvenil y colegial de la Provincia de España de la Compañía de Jesús y coordinador del portal pastoralsj.org.

Tras el acercamiento ético al mundo de la información y la comunicación expuesto en la primera conferencia del ciclo, el tema de la conferencia que nos ocupa ha abordado el tema desde una perspectiva antropológica partiendo de la siguiente premisa: la tecnología, con la que todos convivimos, afecta nuestro modo de vivir y nuestro modo de pensar.

A lo largo de su intervención, Álvaro describió con detalle algunos de los fenómenos que caracterizan el actual cambio de época que estamos viviendo y la forma como la tecnología ha intervenido e interviene en la gestación del cambio. Destacamos los siguientes:

  • El consumismo condiciona nuestro modo de vivir, de pensar y de relacionarnos. Se suele elegir y decidir desde la expresión: "Me renta, no me renta" y, desde esa lógica, es muy difícil construir proyectos de vida con sentido.
  • Velocidad centrífuga: la exigencia de la inmediatez y la obsesión por tener siempre un plan por hacer crea ansiedad y malestar cuando éstos no se pueden dar.
  • La deconstrucción de la realidad, que pasa por todas las dinámicas de la sociedad, hace el mundo más fragmentado y complejo y cambia las dimensiones del tiempo y del espacio.
  • Cambio de la cosmovisión y del modo de comprender la realidad.
  • Paradigma de la auto realización… Creer que todo depende de nosotros lleva a la a la hiper productividad con la consecuente primacía de lo cuantitativo sobre el orden del ser.
  • Creer que la tecnología puede solucionarlo todo y que no tiene límites, no obstante, constatamos que hay cosas a las que ella no puede dar respuesta, por ejemplo, los temas relacionados con la trascendencia del ser humano y el horizonte de sentido.
  • La auto referencialidad… las redes sociales "te abren a tu mundo", alargando los límites del propio deseo y generando la cosificación de la vida. Lo importante son los datos.
  • Promueve que la idea está por encima de la realidad con el nefasto efecto del olvido de las personas.
  • La tecnología no es neutral. La IA, como hija del marketing, no ahonda en la realidad sino que la resignifica generando un pacto de mínimos para complacer a todos.
  • La tecnología puede generar desigualdades sociales por la diferencia de posibilidades de acceso a ésta.
  • La tecnología provoca fragilidad, victimización y ansiedad… El ser humano está siendo abocado a elegir entre tantas posibilidades que termina por sentirse agobiado. Hay tal sobredosis de información que resulta difícil de gestionar.
  • La tecnología crea atracción por ver y conocer todo lo posible, haciéndonos incapaces de aceptar o asumir el misterio. El afán de conocimiento nos traiciona.
  • La tecnología también influye en la relación con Dios y nuestro modo de comprender la verdad. Si negamos la verdad abrimos una puerta hacia la negación de Dios (nihilismo). La tecnología influye en la secularización y el relativismo, donde todo vale y está al mismo nivel.
  • La tecnología también puede usarse como puerta para la violencia cuando se ubica en la falta de verdad.

Es evidente que tenemos un alto grado de dependencia de la tecnología. Ante esta constatación resulta importante hacer un breve recorrido sobre la vida para ser conscientes de las ataduras y la vulnerabilidad que las tecnologías pueden generar sin desconocer que, en no pocos campos, ha tenido una aportación valiosa.

La omnipresencia de las tecnologías demanda un esfuerzo de profundidad y sabiduría que nos permita estar muy atentos para evitar nuevas formas de colonización. Señalaba el conferenciante que la dependencia de las tecnologías puede ser el caldo de cultivo perfecto para los populismos que, junto a los totalitarismos, beben de la ausencia de la verdad y se alimentan del nihilismo.

Para terminar su intervención, sugirió algunas pistas "para salir del atolladero": 1) Visión global de la humanidad. 2) Valorar la dignidad del ser humano. 3) Recuperar la conciencia (verdad, sentido y compasión). 4) Profundidad. 5) Sabiduría de la vida y 6) Valorar la "inutilidad", los espacios de gratuidad.