Dios con nosotros... Fuente y soporte de nuestra esperanza - 2ª Parte
En la segunda sesión del Ciclo de Adviento del 2024, que hemos querido titular: "Dios con nosotros… Fuente y soporte de nuestra esperanza", nuestro invitado, el jesuita tudelano Cristóbal Jiménez, nos ha llevado por senderos pocas veces transitados en el pasado reciente del Centro Suárez: el camino de la estética y, más en concreto, de la música. A partir de los acordes de algunas melodías del repertorio universal, nos hace entrar de lleno en el espíritu del Adviento a través de los sentidos que nos llevan a sentir y gustar la hondura del misterio.
Las notas de El Mesías (1741) de Georg Friedrich Händel, uno de los oratorios más célebres de la música barroca, ha sido la pieza elegida por Cristóbal para llevarnos a sentir y acariciar la presencia del Dios hecho niño que con tanta ilusión esperamos.
El Mesías está dividido en tres partes que incluyen diversos géneros musicales: coros, arias, recitativos y duetos. Este Oratorio une bellamente la Cuna y la Cruz por medio del amor de Dios, en otras palabras, el Adviento y la Cuaresma se armonizan para alentar a quien lo escucha para la venida del Salvador.
Las tres partes del Mesías son las siguientes:
Primera Parte: La profecía y el nacimiento de Cristo… "Porque un niño nos ha nacido".
Se centra en las profecías del Antiguo Testamento sobre la llegada del Mesías y el relato del nacimiento de Jesús. Los textos provienen principalmente del libro de Isaías.
Segunda Parte: La pasión, muerte y resurrección de Cristo… "Él alimentará su rebaño" "Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera".
Nuestra esperanza se centra en un Dios que nos hace más llevadera la vida. En esta parte se anuncia la vida y el sacrificio de Jesús; su pasión y la redención de la humanidad a través de su muerte y resurrección.
Tercera Parte: La redención y la gloria de Cristo… "Alzad los dinteles, Jesús ha resucitado"
Se enfoca en la esperanza de la resurrección y la vida eterna, culminando con la proclamación de la gloria de Dios en Cristo victorioso sobre toda la tierra. Se canta el aleluya, que invita a contemplar como la fuerza de Dios penetra todos los ámbitos de la vida y el mundo.
Händel termina el oratorio con la esperanza en que "la Trompeta sonará y los muertos resucitarán, seremos transformados".
Para finalizar la reflexión de este par de días trajo la enseñanza de las Bienaventuranzas, que, sin ocultar las dificultades y los sufrimientos que acarrea la vida, alimentan la esperanza pues nos hace recordar que nos llamarán dichosos y bienaventurados y que al final de la vida descansaremos en la plenitud del Amor.
"…. el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino".
Crónica elaborada por Sara de la Rosa
´Área de Familia del Centro Suárez
Nota: Por la característica de esta conferencia y, para evitar posibles conflictos con derechos de autor, hemos optado por no incluir vídeo en esta ocasión.