Frente al consumo... cultura de la pobreza y de la austeridad compartida

08.03.2024

A pesar del tiempo tan desapacible en Granada, una cuarentena de valientes acudió al Centro Suárez para escuchar a Juan Carlos Carrión, párroco de la Iglesia de Jesús Obrero en el barrio granadino del Almanjáyar, en su conferencia titulada "Frente al consumo… cultura de la pobreza y de la austeridad compartida", la cuarta del ciclo "Nuevos vientos surcan la Iglesia".

Una mirada al consumo…

Para un cristiano, decía Juan Carlos, no hay realidades a criticar, es más importante encontrar en éstas una llamada que nos lanza y nos ayuda a replantear la vida. La llamada, en el caso concreto del consumo, tiene dos componentes. El primero que nos implica, nos hace tomar conciencia de que somos parte de esa realidad que nos seduce, nos manipula algunas veces y, siendo sinceros, nos gusta y, el segundo, el que nos interpela para buscar y dar respuestas. Nos preguntaba: ¿Cómo contemplamos la realidad: desde fuera para criticarla o desde dentro para tomar una posición desde la libertad?

Algunas características de la realidad del consumo:

  • Se alimenta de la relación estímulo-respuesta hasta hacernos creer que la felicidad está en la posesión de cosas.
  • Nos lleva a que la vida sea de usar y tirar privándonos de la posibilidad de relaciones más profundas.
  • El ajetreo como signo de los tiempos nos envuelve en el espiral del consumo hasta hacernos devoradores de cosas y hasta personas.
  • La orquesta como imagen de la mirada superficial que nos manipula hasta hacernos títeres carentes de relatos de sentido.
  • El marketing… para que no pensemos y nos olvidemos de las causas justas nos anestesia y nos mueve a actos puntuales de solidaridad con efecto tranquilizante.

Las fuentes para vivir la cultura de la pobreza…

Primero, evitar convertir la pobreza en una ideología, en un discurso alejado de la realidad. Urge desmontar las etiquetas con las que hemos convertido en discurso la vida de los últimos. Más allá de vulnerables, víctimas de la trata, etc. hay personas con una biografía y una historia.

Inspirado en San Ignacio decía que antes de servir está la alabanza y la reverencia a Dios. Si anteponemos a estas dos acciones el servicio corremos el riesgo de buscarnos a nosotros mismos. La Escuela del Reconocimiento, que hunde sus raíces en la alabanza y la reverencia, nos hace entender la vida como un don, un regalo para dar gracias.

Regalos que surgen de la fuente…

  • No hay etiquetas, hay personas.
  • Se comparte la vida. Que cuando demos nos demos.
  • Contemplar la realidad como llamada, ahí están los piropos de Dios.
  • Cuando menos puedo hacer dejo más espacios para que Dios actúe a través de nuestra vida.
  • La universidad de la vida nos ayuda a fijar los ojos en los regalos de Dios hasta llegar a transformar el sufrimiento en amor.
  • Cada instante es una llamada a tomar conciencia de que estamos en proceso.
  • El rostro de Jesús llena de fuerza y esperanza nuestra fragilidad.
  • Es importante volver a la fuente, estar disponibles.
  • La importancia de lo pequeño… hablar menos y vivir más.
  • Descubrir los personajes y las máscaras que ocultan mi ser auténtico.
  • Vivir en misericordia.

Al terminar nos propuso algunos ejercicios para hacer presente y tomar conciencia de este modo de proceder y de ser que se vive desde el regalo.