La erosión de las democracias
La democracia, aunque no sea un sistema perfecto, es -según el parecer de muchos-, la mejor forma que pueden acoger los Estados para regir el destino de los ciudadanos que lo conforman y organizar la gestión de lo público. En el mapa geopolítico actual, el sistema democrático con sus diversos matices, se mantiene en muchas partes, no obstante, hay signos de debilitamiento o erosión por la aparición de ciertas actitudes y movimientos antidemocráticos.
El profesor Pérez Tapias, quien además de su larga trayectoria académica cuenta con una dilatada experiencia política, después de presentar algunos de los casos en los que la democracia muestra signos de erosión propuso tres categorías de análisis que nos permiten acercarnos a las causas del debilitamiento de este sistema.
- Análisis político: en esta categoría señaló como posibles causas de la erosión de la democracia cuatro elementos: la crisis económica del 2008, la corrupción política, la crisis de la representatividad puesta en evidencia por el movimiento de los indignados que gritaba "No nos representan", "Democracia real ya" y la aparición de los populismos. La amalgama de estos cuatro elementos minó la confianza de la ciudadanía en los poderes públicos, distorsionó en algunas ocasiones el quehacer político y, finalmente, debilitó la institucionalidad de algunos sectores del Estado y puso en cuarentena la forma de actuar de los partidos.
- La "posverdad", que hace irrelevante los hechos, genera falsos relatos que distorsionan y confunden a la opinión pública. Para la democracia es imprescindible la verdad... la convivencia necesita la verdad.
- La crisis del poder judicial generada por el atasco en la renovación de la Corte Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial en España está haciendo perder la confianza en las instituciones. La politización de la justicia y la constatación de que no todos los ciudadanos son iguales ante la ley no contribuye en nada a la salud de la democracia.
El panorama es complejo, sin embargo y a pesar de todo, la democracia sigue siendo un camino válido para la organización de los Estados.