La esperanza no defrauda

01.11.2024

El Papa Francisco, con la Bula "La esperanza no defrauda" (Spes non confundit), ha declarado el próximo 2025 como año jubilar ordinario siguiendo la tradición iniciada por Pablo VI en 1975. Con el tema de la esperanza como eje central y con la celebración de los 1700 años del Concilio de Nicea como telón de fondo, la Iglesia entera se pondrá en "modo" año jubilar.

El Centro Suárez, para desentrañar el contenido de la Bula de convocatoria del año jubilar, ha invitado al sacerdote trinitario Ignacio Rojas Gálvez, actual decano de la Facultad de Teología de la Universidad Loyola.

Para iniciar su exposición trajo a colación la entrevista que en un programa deportivo le hicieron a una de las personas afectadas por la DANA en el Levante español. La persona en mención insistía en que se había salvado gracias a Dios porque él era un hombre de fe y de esperanza. Con el eco de esta historia Ignacio aportó una primera definición de esperanza: es la convicción de que se realizará aquello en lo que creo.

¿Cuál es el trasfondo de la Bula, por dónde palpita? El Papa Francisco lo indica en los primeros párrafos, "encontramos con frecuencia personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles felicidad". A estas personas urge anunciarles que la esperanza no defrauda.

El segundo momento de la presentación lo dedicó a presentar una mirada bíblica de lo que significa un año jubilar, tanto en la tradición del antiguo testamento como en Jesús de Nazaret. La clave, insistió Ignacio, es que el año jubilar tiene como trasfondo una ley de solidaridad para que, quienes lo han perdido todo o han caído en dinámicas de esclavitud, recobren su dignidad. Ante el colapso de lo humano el ser humano se vende para pagar sus deudas, de ahí que en el año jubilar una de las prácticas más relevantes es el perdón de las mismas. De hecho, no son pocos los papas que en los años jubilares han pedido la condonación de la deuda de los países más pobres. Las tres instancias más llamativas del jubileo son la tierra, los esclavos y el prójimo.

El tercer momento lo dedicó a una lectura detallada de la bula siguiendo el texto de Romanos 5 con insistencias importantes como la de poner el sustento de la esperanza en la muerte y resurrección de Jesucristo de la que somos partícipes, aunque aún no sea en plenitud. Somos salvados por la esperanza, anotaba.

Y, para finalizar, señaló cuatro implicaciones de este nuevo año jubilar:

  1. Encontrar signos de esperanza.
  2. Condonar las deudas.
  3. Vivir el camino de la unidad, de la sinodalidad.
  4. Practicar el perdón jubilar.