Tensiones en la Iglesia de Francisco
El 13 de marzo de 2013 el colegio de Cardenales eligió a Jorge Mario Bergoglio como Obispo de Roma tras la sorprendente renuncia de Benedicto XVI. Primer papa latinoamericano y primer jesuita que ocupa la sede de Pedro. Ese día inició la que se ha denominado una nueva "Primavera eclesial", demandada por muchos, criticada por otros. Los signos y los lenguajes nuevos, propios de un enfoque más pastoral que doctrinal, no se hicieron esperar.
Pero, detrás de los signos externos tan profusamente divulgados por la gran prensa, encontramos importantes decisiones que afectan la disciplina de la Iglesia y su necesidad de reforma.
Las tensiones en la comunidad de los creyentes siempre han existido. El conferenciante trajo a colación el texto de Números 12, 1-8 en la que se relatan algunas tensiones en la lejana época de Moisés para sustentar esta afirmación.
Después de esta introducción expuso los rasgos de las tensiones generadas por el modo que Francisco tiene de ejercer el ministerio petrino.
Tensiones internas... generadas por el encuentro y los desencuentros entre los sectores progresistas y conservadores de la Iglesia y en el seno de las oficinas de la Curia vaticana. Estas tensiones internas pivotan sobre dos asuntos principales: la ortodoxia y la legitimidad de las intervenciones del Papa. En el centro de la primera tensión están las cinco dudas que un selecto grupo de Cardenales presentó al Papa con ocasión de la Exhortación Postsinodal Amoris Laetitia. Sobre la legitimidad, algunos echan de menos la falta de argumentación teológica en algunas de las actuaciones de Francisco.
Tensiones pasivas y activas... Esta es la segunda caracterización de las tensiones en la Iglesia de Francisco. La antesala de estas tensiones se encuentra en el magisterio de Paulo VI que garantizaba la libertad de pensamiento y la valoración positiva del disenso que, ciertamente, este papa ha posibilitado. El marco de estas tensiones está en la visión sinodal de la Iglesia y en la propuesta de reforma que propone Bergoglio.
En el cierre de su exposición, Diego Molina, sj. expuso las cuatro opciones de reforma que atraviesan el magisterio de Francisco: 1) La misericordia. 2) El discernimiento. 3) Los márgenes existenciales y 4) La transparencia.
Dos preguntas para pensar: ¿Qué idea de unidad tenemos? ¿Se puede disentir sin convertir en hereje al otro?
Audio de la Conferencia: